miércoles, 6 de noviembre de 2013

La duquesa de Ontario





Al fin, en 1865, vino al mundo el primer hijo varón de Matthew Dowdy Shiell. Su mujer, una mulata de Barbados, ya le había dado nueve nenas.
Shiell vivía en la isla de Montserrat (Sotavento, Antillas Menores), era rico, y estaba la mar de contento.
Después de armar una fiesta de cuatro días compró una islita vecina, un peñón de 2 km cuadrados que llamaban Isla Redonda. Redactó un documento en el que se autoproclamaba rey y establecía que al cumplir los 15 años su hijo, Matthew Phipps Shiell, heredaría el trono y el pequeño territorio.


Cuando Colón pasó por ahí no se tomó ni el mínimo trabajo de desembarcar. No pudo con esa compulsión nominadora y la llamó Santa María la Redonda. Pasaron ingleses, franceses, portugueses y holandeses. A nadie le interesó ese pedazo de roca que emergía de las aguas turquesas.
De los barcos piratas que a las perdidas usaban la Redonda como refugio (tampoco había tanto lugar para refugiarse) bajaron dos hombres y dos mujeres que se quedaron a vivir.
Con ellos arregló el viejo Shiell. El precio fue una suma que les alcanzaba para volver a Inglaterra y establecerse dignamente.


Por siete años la isla volvió a ser territorio de gaviotas, alcatraces, lagartos y ratas.
El descubrimiento de la forma de extracción del fosfato de alúmina del guano de los pájaros hizo que la Redonda cobrara un modesto interés comercial. Antes que otros le ganasen de mano, la corona inglesa la anexó al imperio en 1872.
En 1885 Matthew Phipps Shiell viajó a Inglaterra con dos objetivos: estudiar literatura y reclamar sus derechos sobre la Isla Redonda.


Shiell se metió de cabeza en el ambiente de Londres, y logró que sus reclamos fueran apoyados por la cofradía literaria (entre otros un decrépito Edward Lear).
La reina Victoria le concedió el título y ciertos derechos totalmente simbólicos. Satisfecho al respecto, se dedicó a dar clases y a escribir.
La obra de Matthew Phipps Shiell (26 novelas, 11 libros de cuentos) es hoy relativamente difícil de encontrar, y no ha sido traducida. Abarca desde novelones románticos escritos por encargo hasta novelones realistas ambientados en la guerra. Importan realmente cinco o seis libros, en los que mezcla terror y ciencia ficción. Stephen King suele nombrarlo como una de sus influencias.
El más interesante (no el más exitoso) es The purple cloud, donde Shiell nos mata a todos menos a uno, que seríamos todos.


Ya viejito Matthew Phipps Shiell volvió a ocuparse de la Isla Redonda. En 1947 nombró heredero a un escritor que apadrinaba y consideraba una firme promesa de genio, John Gawsworth. El trono incluía la posesión de el territorio de ultramar situado en el cruce de las coordenadas 16º 56’ latitud norte y 62º 21’ longitud este, y los derechos sobre la producción literaria del rey anterior.
Cuando Shiell faltó de este mundo el nuevo rey empezó a tener problemas económicos. Los libros de Shiell ya no se vendían y el alcohol se llevaba casi todo el presupuesto. Antes de terminar mendigando por las calles de Londres Gawsworth vendió el título varias veces. Eso originó una controversia que aún persiste.


A pesar de los reclamos de un par de personajes hay bastante consenso en considerar al escritor español Javier Marías el monarca actual, que ejerce sus funciones con el nombre Xavier I.
Marías había vivido en Oxford, conocía la existencia del reino de Redonda y en una de sus novelas, Todas las almas, John Gawsworth aparece como personaje.
El también escritor John Wynne Tyson, sucesor de Gawsworth en el trono, decidió abdicar en favor de Marías en el año 1990.
En 2002 el rey Xavier I primero concretó lo podríamos llamar la primera obra de gestión: fundó la Editorial Reino de Redonda. Las primeras obvias ediciones fueron libros de Matthew Phipps Shiell y John Gawswort. Después se especializó en obras laterales de escritores como Isac Dinesen, Thomas Hardy, Rebeca West.


La segunda obra de gestión fue dividir el mapa de la isla en parcelas simbólicas de 1 m2 para otorgar ducados. Potencialmente serían más de 2000. A la fecha se otorgaron 36, que igual convierten a la Redonda en el territorio con mayor densidad de escritores del mundo.
Algunos duques como Ian Mc Ewan (duque de Perros Negros) o António Lobo Antúnez (duque de Cocodrilos) lograron incluso establecer una suerte de domicilio legal en la isla, lo que ha generado suspicacias impositivas.
Las únicas dos duquesas son señoras con todas las letras.
Una (duquesa de Morpho Eugenia) es la novelista y filóloga inglesa Antonia Susan Drabble, más conocida como A. S. Byatt, autora la tremenda tetralogía llamada El cuarteto de Federica y otra veintena de novelas y ensayos críticos.
La otra (duquesa de Ontario) recibió por estos días el nobel de literatura, el más justo y merecido de los últimos tiempos. Cuando una periodista del Toronto Sun le preguntó cómo se había sentido al conocer la distinción, Alice Munro respondió que la había sorprendido que la academia premiara a una escritora de cuentos cortos, y bromeó que lo tomaba como un segundo título de nobleza.
La boluda tituló la nota La reina del cuento corto. Es evidente que no tenía ni idea.
Como siempre, tía Alicia se refería a otra cosa.




tremenda canción tremendo video del dúo canadiense japandroids. tocan en bs as ahora el 10/11. después no digan que no avisé.




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